Hace unos días había conseguido una cita previa para la renovación del D.N.I.
Me habían dado la cita a las 10,15 horas para hoy 2 de febrero, pese a ello hay que coger número y estar pendientes de la pantalla para ver a que mesa tenías que acudir.
Según iba oyendo los ordenadores iban mal, muy lentos, mi mujer y yo llevábamos los números 25 y 26, a las 10,45 observamos que del número 22 se saltan los números siguientes y empiezan con el 35 ó 36.
Me dirijo, al aparentemente responsable de la situación y le pregunto por el motivo, me contesta que como ha pasado la hora los ordenadores están citando a los que tienen cita previa a las 10,30.
Es decir que los de las 10,15 no existíamos.
Yo nervioso interiormente, pero con voz tranquila le digo que si los ordenadores val mal, hay personas por encima de ellos que pueden solucionar el desaguisado.
Varias personas al oír nuestra conversación se acercan para decir que ellos también tenían cita a las 10,15.
Al final el responsable se acerca a l@s funcionarios y les dice que no vuelvan a llamar a nadie hasta que los citados antes no sean atendidos.
A las 11,15 aproximadamente salíamos mi mujer y yo con nuestros flamantes D.N.I.e, pero antes pregunté por la posibilidad de cambiar nuestro PIN y me dicen que hubo un tiempo que los que tenían ordenador les regalaban un lector del DNIe para poderlo hacer desde casa, ahora tienen dos para hacerlo en la comisaría, pero uno de ellos no funciona.
Cuando nos íbamos se oían comentarios entre los funcionarios diciendo que no tendrían que dar número, con la lista de citaciones ellos tendrían que llamar por nombre o por hora sin fiarse de los ordenadores.
Esto ocurría en una oficina de expedición del D.N.I.e de Zaragoza.
